Un despacho de abogados con más de 25 años de experiencia nos solicitó un nombre que englobase su actividad. Con sede en Santander, este despacho, centrado en el sector norte del país, requería un nombre que transmitiera confianza, tranquilidad y saber hacer. Con la referencia marítima integrada, no cabe duda de que llegarán a buen puerto.

La empresa gestora de la TMZ –Terminal Marítima de Zaragoza– buscaba un nombre con identidad propia y que representase su compromiso con la logística. Como responsable del funcionamiento eficiente del hub ferroviario, no podía ser de otra manera: creamos un nombre directo y contundente que hiciera justicia a una tarea determinante como la suya, la de gestionar eficazmente la plataforma logística intermodal.

Un consolidado festival de jazz acudió a nosotros para dar con un nombre que refrescara su trayectoria y le permitiera diferenciarse del Festival Internacional de Jazz de Zaragoza. Con el objetivo de subrayar el carácter lúdico y social propio del festival, y con la evocación del ritmo y la percusión en su misma denominación, recurrimos a la onomatopeya para dar con un nombre memorable y digno de tararear.

Con el propósito de solucionar la falta de opción delivery de algunos barrios periféricos, un conocido grupo hostelero se propone el reto de servir a domicilio smash burgers con producto local. Ellos ponen la carne y desde Palabrita le ponemos nombre a esta aventura cárnica, siempre a punto para hincarle el diente.

Estos especialistas de lo exquisito, dedicados durante años a proveer a restaurantes de los mejores cortes de carne, solicitaron un nombre para su nueva aventura: la distribución y venta directa al consumidor final de carnes premium. Para llegar al corazón y al estómago, inventamos un término que evoca satisfacción y buen sabor de boca.

Dos ingenieros informáticos acudieron a nosotros para dar con un nombre que los identificara como lo que son: desarrolladores de métodos para la optimización de recursos. Tratándose de un tándem de ingeniería humana capaz de potenciar la capacidad logística en empresas, quisimos aglutinar, por un lado, la vertiente tecnológica y, por otro, el componente humano que la hace posible.

Aldelís, líder en productos cárnicos, nos confió el lanzamiento de una nueva línea de elaborados cien por cien vegetarianos. Para marcar la diferencia en el lineal, optamos por un grito festivo con el que amantes de las hamburguesas que quieran reducir su consumo de carne puedan revolucionar su paladar.

Esta firma de moda buscaba un nombre que reflejase la calidad de sus prendas, de inspiración y confección italiana, y que, ante todo, conectara con su público: mujeres activas e independientes que evitan la fast fashion y abogan por la exclusividad. Por esa búsqueda de la esencia acudimos directamente a la raíz latina de la palabra «placer»: Hedoné.

Tras haber nombrado varias de sus coctelerías y restaurantes, este grupo hostelero necesitaba un nombre que los identificase como profesionales del sector. Tratándose de expertos en crear lugares de encuentro y celebración, pensamos que no habría nada más festivo, y a la vez más preciso, que nombrarlos verbena, un término cálido y multisensorial.

Los socios fundadores de esta boutique legal, especializada en litigación entre empresas, nos pidieron una denominación que representase su valentía y arrojo, y que a su vez los posicionase como un bufete puntero y transgresor. Estos últimos atributos nos llevaron a la expresión «estar en la brecha» o «abrir brecha». De ahí derivamos a Brexia Legal, un nombre con fuerza y sonoridad rotunda que los define con una precisión certera.

Este icónico establecimiento de la gastronomía de Zaragoza, tradicionalmente conocido como «El Náutico», se renovó con el cambio de propietarios. Para representar este nuevo rumbo, quisimos mantener la referencia acuática y acercarnos, un poco más si cabe, al río que transcurre a su vera. Para ello dirigimos la mirada al entorno en el que nace el Ebro: el Pico Tres Mares.

Los vinos de la Denominación de Origen Calificada Priorat son reconocidos por su singularidad y calidad. Para poder hablar de este combo, quisimos encontrar un nombre que lo evocara. Procedente de un terreno fuera de lo común, este tinto es la epítome de lo que puede ser un buen vino, es decir, «un bon ví». Pensando en él como un gran acompañante, no pudimos evitar reconocerlo, al fin y al cabo, como lo que es: un buen vecino, un «bon veí».

Este bufete de servicios fiscales requería de un naming potente y sonoro que evocase fiabilidad y garantía, y representase la solidez de su trabajo. Por eso los denominamos Tótem, un nombre monumental cuya sonoridad aporta fuerza y carisma, además de plantearse como una presencia protectora. Su sencilla combinación de caracteres, pronunciable en cualquier idioma, es fácilmente recordable gracias a la persistencia fonética bilabial de la «m» final.

Los responsables de este local, ubicado en el entorno de Los Sitios de Zaragoza, quisieron crear un concepto original que aunase coctelería y sushi. Alejado de tópicos japoneses, el punto de encuentro entre estos dos mundos lo hallamos en un elemento tan tangible y sensorial como el ginger, es decir, el jengibre, cuyo tallo es tan común en la elaboración de cócteles como en la gastronomía nipona. A este nombre le añadimos el apellido fizzbar como un guiño al tipo de cóctel fizz que, curiosamente, recuerda fonéticamente a fish, habitual ingrediente en los platos de este enclave. 

Tras el acierto de Ginger, sus responsables nos encomendaron poner nombre a su segundo local en la zona hostelera de Los Sitios de Zaragoza. El briefing era una secuela de su antecesor: coctelería selecta y elegante. El referente del gentleman británico, sonoro aunque de aire algo desfasado, nos dio pie a jugar con un término inventado e inclusivo: gentlebar. Para transmitir la agilidad y expresividad de su variedad coctelera pensamos en el garbo, que aporta diversión y energía. Así nació Garbo Gentlebar.

Siguiendo la estela de las coctelerías Ginger y Garbo, inspiradas respectivamente en la gastronomía asiática y española, sus responsables apostaron por un nuevo local influido por los sabores de Italia. Desde la concepción del proyecto supimos que el espacio de la cocina sería visible para los comensales, y esto nos dio la pista para bautizar el local: Gonzo, en homenaje al periodismo homónimo, que plantea el abordaje directo de la noticia con la propia participación del periodista. Su apellido, Bitterbar, incluye el bitter, bebida de la coctelería italiana, expresando así la vocación de este lugar por alegrar el vermú, la copa, o lo que se tercie.

Vinos rotundamente buenos con Denominación de Origen Calatayud, elaborados con uva de viñedos extremos en altura. Con este briefing peculiar, tuvimos clara la referencia a la tierra agreste y a la dificultad de cultivo de la uva, un arte tradicional que, pese a su complejidad del terreno, ha llegado intacto hasta nuestros días. Para apelar a las raíces, partimos del latín «terra», del que derivamos el neologismo Terrenis, creado ad hoc para mostrar sus orígenes, y sugerir potencia, calidad y sabor.

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